Podríamos decir que el m-learning o aprendizaje
móvil, se puede definir como el modelo que ofrece conveniencia, rapidez e
inmediatez a los estudiantes móviles que utilizan la tecnología de computación
ubicua para aprender el tema adecuado, en el lugar adecuado y en el momento
adecuado.
Hay tres características que destacan en los
nuevos estudios de m-learning (Peng,
Su, Chou y Tsai, 2009), la primera se basa en la tecnología y simplemente
los denomina modelos educativos que utilizan conexión inalámbrica en
dispositivos móviles. La segunda
la destaca como el factor diferencial entre el e-learning y el m-learning ya
que se concentra más en su movilidad, sugiriendo que esta movilidad brinda la
oportunidad de que el estudiante se acerque al aprendizaje en espacios
temporales breves y separados. La tercera característica se centra en la
palabra ubicuidad, que hace referencia a la posibilidad de acceder a la
información en el momento y el lugar que se desee o se necesite. La palabra
ubicuo, en este contexto, se refiere más que “en cualquier lugar y a cualquier
hora”, a “ampliamente disponible”,” justo a tiempo” y “cuando sea necesario”.

La evolución y accesibilidad de la nueva
tecnología móvil ha dado pie a este nuevo modelo, donde el estudiante tiene
acceso al aprendizaje en cualquier lugar y en cualquier momento. El contexto es
una parte esencial de este tipo de aprendizaje, ya que determina la necesidad
real y el uso inmediato que el estudiante dará al conocimiento específico que
adquiere. Otro factor importante es que el contexto del estudiante cambia
constantemente por lo que la adaptabilidad del sistema es fundamental para
lograr un mejor aprovechamiento del mismo.
Una ventaja que el aprendizaje ubicuo ofrece es
que los maestros se pueden concentrar en su área de especialización y utilizar
la tecnología como una herramienta para potencializar el aprendizaje de los
estudiantes; implicaría que los estudiantes tuvieran acceso a una serie de
diversos dispositivos incluyendo computadoras de escritorio y accesorios
móviles que les permitan conectarse donde sea y cuando sea. Aquí es donde entra
en juego la utilidad de las aplicaciones en “la nube”, así como la posibilidad
de que los alumnos tengan más de un dispositivo, como está sucediendo con
muchos trabajadores ejecutivos y algunos estudiantes universitarios.
La comunicación móvil es un fenómeno que la
sociedad está aceptando y adaptando a una velocidad considerable, por lo que
las siguientes generaciones lo van a experimentar como algo normal, como
nosotros vivimos la incorporación de la televisión o el radio en nuestras
vidas.
Sólo en Estados Unidos, de 1995 a 2008 hubo una
explosión en la adopción de dispositivos móviles, de lo que podemos destacar
que 66% de los jóvenes cursando la educación media eran dueños de un teléfono
celular, utilizándolo 7.5 horas diarias en promedio, de las cuales 3.5 de ellas
realizan tareas simultaneas en dos o más dispositivos de este tipo (Squire y
Dikkers, 2012).
Para los educadores sería importante que se
estudiara este fenómeno desde un punto de vista sociocultural para entender que
significado le otorga el usuario final a esta tecnología y como la utiliza para
crear su propio conocimiento y lo adapta a sus necesidades de la vida
cotidiana. Squire y Dikkers (2012) afirman que si vamos a utilizar el poder de
los medios móviles para la educación, se debe conocer la construcción cultural
que realizan varios grupos para entender lo que ellos valoran.
Al realizar un estudio con jóvenes entre 15 y 18
años, para analizar el uso que le dan a los teléfonos inteligentes, encontraron
que los datos fríos mostraban que los utilizaban principalmente para buscar
información y entrenamiento, así como para participar en las redes sociales
como manera de interactuar con sus compañeros. Pero una vez que los
entrevistaron y revisaron las historias que contaron encontraron que realmente
lo que conseguían era una amplificación de cuatro áreas importantes: de si
mismos, de las redes sociales, de sus intereses y del aprendizaje. (Squire y
Dikkers, 2012).
El aprendizaje puede suceder en cualquier momento
y en cualquier lugar. La mayoría de nuestro aprendizaje se da en ambientes
informales, donde normalmente no estamos conscientes de que estamos
aprendiendo. El reto para los futuros educadores y desarrolladores de
tecnología será hacer que este modelo de aprendizaje sea situado, personal,
colaborativo y de largo plazo, lo que significa una verdadera experiencia y
aprendizaje centrado en el alumno.
También existen algunas limitantes dentro de los
dispositivos móviles entre los que podemos mencionar el tamaño de las
pantallas, la conectividad y el acceso a la misma en diferentes lugares, aplicaciones
y software dedicado a la educación, limitaciones de memoria, tiempo de batería
y otros relativos al hardware, cuestiones de seguridad personal, facilidad de
uso en el exterior, compatibilidad y costos elevados para algunos usuarios
El movimiento “Bring Your Own Technology (or
Device) (BYOT) (BYOD), recomienda que los alumnos incorporen a sus salones de
clases sus propios dispositivos personales para ayudarlos a investigar y
resolver mejor sus tareas escolares. En algunas escuelas de Estados Unidos,
Europa y Australia ya se han instalado algunos esfuerzos de este modelo.
Al incorporar dispositivos móviles en el proceso
de aprendizaje, Squire y Dikkers (2012) consideran que los estudiantes pueden
empezar a estudiar temas de interés personal; van a tener acceso a herramientas
que buscan, mantienen y complementan el aprendizaje; conexión directa a sus
colegas y a las redes sociales; van a mantener una constante comunicación con
sus maestros y tutores; van a poder responder a situaciones emergentes en el
momento, que se transmiten de viva voz; Van a esperar que la relevancia de lo
estudiado sea demostrable y edificante para ellos; van a producir trabajos para
publicar y esperar retroalimentación o que se consuman.
La implementación de los dispositivos móviles no
debe estar basada en la movilidad ni lo atractivo de la tecnología, sino debe
estar basada en una teoría y un diseño instruccional adecuado a este modelo,
pero debido a su poco tiempo de existencia y su rápida evolución y cambio continuo,
no es fácil encontrar teorías o modelos que ayuden o expliquen cómo aplicarlo
en las instituciones.
La incorporación de estos en las instituciones
educativas es sólo cuestión de tiempo y es algo que ya se está dando, aunque la
escuela no sepa todavía cómo manejarlo. La respuesta común es prohibirlo,
aunque sería más útil, productivo y formativo, empezar a incorporar el uso de
estos dispositivos en los planes de estudio.
Con estos elementos ya no es viable tener un
sistema de educación donde el maestro dicta clase, ya que toda esa información
puede ser confirmada en el minuto siguiente a través de Google, y debemos
pensar que todos los alumnos ya traen a Google en su bolsillo trasero.
Park, Y. (2011). A pedagogical framework for mobile learning: Categorizing educational applications of mobile technologies into four types. The International Review Of Research In Open And Distance Learning, 12(2), 78-102.
Squire, K. y Dikkers, S. (2012), Amplifications of learning: Use of mobile media devices among youth. 18,(445).
Comentario de Ángel Flores Villalobos A01309998
ReplyDeleteAsí como lo mencionas en este mundo digital es una constante de cambios que se da a diario con una velocidad sorprendente. No hace mucho que el ábaco se integraba como una herramienta fascinante para realizar operaciones, ahora existen infinidad de dispositivos electrónicos mucho más pequeños y con capacidades más avanzadas. Tal es el caso de compañías dedicadas exclusivamente a el diseño de aplicaciones y equipos especializados para la educación http://www.tecnologiayeducacion.com/ebeam%c2%ae-lanza-un-mini-pad-inalambrico-para-uso-educativo/